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TERCERA ESCENA

La siguiente escena se desenvuelve en Chile, cuando llevábamos recién 3 semanas de viaje y nos creíamos lo más top que ha pisado la faz de la tierra en el último siglo. Con esto me refiero a que estábamos abiertos a conversar, compartir, carretiar con todo aquel que nos dijera: hola. Y fue eso mismo lo que nos jugó una mala pasada y se los compartimos como moraleja en la siguiente escena:


Llegamos a Punta de Choros y empezaron las tragedias. El pueblo parecía invasión zombi, no había nada más que los borrachos del pueblo deambulando como si fuera el día después de mañana. Fuimos a un camping a preguntar para quedarnos y en una mala maniobra, el Nico chocó el bicicletero nuevo contra un muro y quedó para la escoba, entero doblado. El tema del bicicletero pasó a segundo plano y había que indagar dónde pernoctaríamos. Cabe destacar que a estas alturas del viaje, no nos atrevíamos a dormir en la calle y los camping eran nuestra única opción viable. Divisamos unos domos prendidos, y el Nico habló con la encargada y nos dejaron dormir con la Kombi pagando precio camping con derecho a electricidad y baño. Al día siguiente la tarea era arreglar el bicicletero, así que estaba el Nico métale martillazos, cuando llega un auto con dos mujeres a los Domos. Se baja una y nos empieza a entrevistar, estilo Humanamente Hablando.


En esta historia NO voy a omitir los nombres reales porque ojalá algún día todo Chile sepa lo cumas que son estas artistas. He ahí cuando la primera chusca del clan, Pamela Elizabeth, empieza a meter conversa y empieza con su autobiografía. La describiré físicamente para contextualizar mejor los hechos; medía un metro 80 fácil, el pelo así con corte escalonado como de peluquería de galería flaite, mechas tonalizadas rojas, era media buena para las chuletas y las papas mayo porque estaba media mas o menos pasada de los kilos, y muchos tatuajes que le llegaban hasta las manos. Cabe destacar que tenía tatuado el Michael Jordan en el cuello, así como el futbolista Eduardo Vargas!! Pero el Vargas cachó que era último de rasca andar con un Jordan en el cuello y se lo borró. Fue entonces cuando P.E (Pamela Elizabeth) empezó su charlataneo. Primero contó que ella era doctora, específicamente Ginecóloga de la Clínica Alemana, que andaba buscando un lugar para quedarse con “su pareja”, que tenía licencia médica y que debía aprovecharla, etc etc. Cabe destacar que como usuaria habitual de la Clínica Alemana me habría sorprendido enormemente ver a una doctora con tatuajes en las manos haciéndole el PAP a las mujeres más pelo laic de Chile y sus alrededores. En fin, Pamela Elizabeth decidió a quedarse en los Domos, y entretanto el Nico enmendaba su error con el bicicletero, yo me fui a cocinar a la Kombi.


Mientras realizaba mis faenas, tocan a la puerta de la Kombi, abro y era Pamela Elizabeth. Venía con toda la buena onda “ver” como era la casa por dentro, y claro como yo me creía (y me sigo creyendo) la Martha Stewart de las Kombis, le empecé a mostrar las cosas top que teníamos como por ejemplo, el horno eléctrico, la cocina a gas, la bomba de agua automática, etc. Y mientras yo cocinaba, esta otra inspeccionaba y hacía preguntas de lo que teníamos o no. Jamás me iba a imaginar que esas preguntas iban con otras intenciones. Luego de las labores PDI de la chusca, me dijo que en la noche nos juntáramos a tomar algo en el espacio común que tenía los Domos. Con el Nico estábamos todavía con el ritmo Santiaguino y estábamos con la mansa vena de carretiar, de hecho ya teníamos comprado un vino para beberlo al seco. Entonces aceptamos la invitación y cuando terminamos de comer, llegaron a la Kombi a buscarnos. Y ahí se presentó la segunda participante del clan; Luna. Si pudiera describirla en pocas palabras, sólo diría las siguientes palabras: rubia-teñida-cara-de-chana. Entre la última chupá del mate y ella no había 1 centrímetro de distancia. Andaba vestida con jeans colombianos y una chaqueta Patagonia (otseaaa). Tomamos el vino y fuimos al salón común. También estaba invitado Don Luchito, el encargado del camping al malón, porque el iba a preparar unos navegados. Empezamos a conversar entre todos y empezaron a salir las típicas preguntas del primer encuentro. El primer gran shock vino cuando P.E contó que estaba con licencia porque ella como Ginecóloga se había autorealizado una inseminación in vitro, y que había tenido una pérdida (díganme por favor, quién se insemina a si misma invitro?!, yo me lo imaginé gráficamente y quedé traumatizada). Ahí medios aturdidos seguimos escuchando a la gran P.E, que ella era la mánager de la Eugenia Lemos (yiaaaa), que ella tenía 28 años y que antes de estudiar medicina y la especialidad de ginecología en la Chile , había estudiado 2 años de producción de eventos (osea que entró a la U a los 15 años, caleta), que era seleccionada nacional de básquetbol (por eso el Jordan repicante en su cuello), que su papá era el fiscal jefe de no se que cosa, etcétera etcétera. La Luna empezó a contar que ella era diseñadora gráfica y que hacía los Coffee Break en las clínicas, niun brillo.

Después pregunté que cómo se había conocido con la otra chusca, y me dijeron que se habían conocido a través de un chat leslie hace una semana, y que la próxima semana viajarían juntas a Tailandia a un congreso de Medicina, que la noche anterior habían ido al Casino en La Serena y a un hotel fino, y cuándo les pregunté en cuál se quedaron calladas. Osea, se irían a Tailandia la próxima semana y se conocen hace una? No saben donde se quedaron anoche? Andaban con un auto arrendado? Mmm..Era tanta la información, que no teníamos tiempo para analizarla. Don Luchito, que era aguja con las monedas, empezó a sacar más y más botellas de vino, las cuales obviamente pensamos que nos íbamos a dividir los gastos, considerando que nosotros habíamos aportado con un botellón inicialmente.

He ahí cuando las sitas empezaron con preguntas capciosas tales como: y ustedes cuánta plata trajeron para el viaje? La tienen en efectivo o tarjeta? De hecho la P.E tomó MI celular y se lo mostró a la Luna y le dijo: mira Luna este es el celular y la carcasa que te dije que te iba a regalar… Ahí empecé a cachar el mote, tomé mi celular y me lo guardé en el bolsillo. Siguió la noche, el cuenteo y más cuenteo. Pamela Elizabeth nos agregó a Instagram y de un momento a otro, estas dos se pararon y se fueron a dormir, con cuea se despidieron. Al día siguiente voy al baño, y las veo tomando desayuno, las saludo y ni me pescaron. Chuta pensé yo, alguna mala cara acaso? Llego a la Kombi de vuelta, y con el Nico abrimos el Instagram para ver fotos y nos dimos cuenta que P.E nos había borrado. “Bah que raro” pensamos nosotros. Fuimos al muelle a ver si salían paseos a Isla Damas, que se suponía que íbamos a hacer con ellas, las vemos dentro de su auto arrendado y ni nos saludan. Con el Nico dijimos “chaa para chuscas mal educadas no estamos” y nos devolvimos a los Domos. Nos fuimos a duchar, y cuando salimos estaba la puraca.

Don Luchito y su señora nos llaman y nos preguntan: “Oigan, ustedes tuvieron algún problema anoche con las chiquillas?”. BAH, le preguntamos a Don Luchito que onda, qué había pasado que estas locas habían hablado mal de nosotros. Y la historia fue la siguiente: Mientras nos duchábamos, el parcito llegó a los Domos, y arreglaron sus cosas para ir a “almorzar” a Caleta Chañaral de Aceituno, osea dirección Norte. Don Luchito, les preguntó si iban a pagar la noche anterior y ellas respondieron que pagarían a la vuelta de almorzar, y que la P.E tenía unos equipos médicos carísimos (wajaja) conectados en el Domo que pasaría a buscar a la vuelta. Y Don Luchito, como buen cobrador, quedó pillo y fue a revisar el Domo. Ahí se dio cuenta que ya no habían maletas, ni equipos médicos, ni nada. Entonces tomó su camioneta y salió en busca de estas ladronas. Y como Don Luchito era bien vivo, en vez de tomar dirección Norte a Caleta Chañaral, tomó dirección Sur a La Serena y metiéndole chala con todo, las logra pillar en la carretera. Les hace un encerrón con el auto, y las encara. “Acaso ustedes no me van a pagar?”, les dijo Don Luchito, y ellas como buenas flaites se excusaron que se habían equivocado de camino para ir a almorzar. Don Luchito las escoltó de vuelta a los Domos para que pagaran. Don Luchito no tenía redcompra, P.E maquineó una “transferencia” y le mostró un pantallazo mula a Don Luchito. Él se metió al banco y se dio cuenta que no habían fondos transferidos, asi que le dijo a la P.E que cortara su hueaita y le pagara. P.E agarró con el dolor de su alma unos morlacos para pagar por haber cumplido su sueño aspiracional de dormir por una noche en un Domo. Fue en ese entonces cuando Pamela Elizabeth le dice a Don Luchito, “OIGA DON LUCHITO, TENGA CUIDADO CON ESOS DE LA KOMBI, SON RAROS… PARECIERA QUE SON LADRONES… APARTE EL NICOLÁS AYER TRATÓ DE ABUSAR DE MI”. Cuando escuchamos esas palabras contadas por parte de Don Luchito, nos hirvió la sangre. A la chusca la pillaron robando y nos echa la culpa a nosotros?! La desgraciada sabiendo que estamos viajando en Kombi con presupuesto reducido, nos quería dejar con la cuenta de todo el copete que se tomaron?! Eso es ser mala persona de verdad. Lo del abuso no fue ni tema, porque todo lo que decía era mentira, y además era más mala que pegarle a la vieja. Y pensar que cuando fue a inspeccionar la Kombi, fue para ver si había algo para robar y sus preguntas capciosas iban dirigidas a saber si teníamos efectivo. Estas dos se creían como las películas de estafa pero versión cuma. Finalmente no nos robaron nada a nosotros y tuvieron que pagar la noche del Domo, WAJAJA.



Por eso la moraleja de esa historia es que no le abran la puerta de sus casas ni de sus vidas a cualquier persona, ya que existen personas realmente mal intencionadas, ladronas y mentirosas. Pamela Elizabeth, corta tu hueveo y ojalá aparezcas “En su Propia Trampa”.


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